Amaretti [de Lombardía, Italia]


Suena el despertador y los parpados son convocados a la fiesta del día. 
La nariz apura los movimientos del pie cuando desde la cocina se viene el aroma del café o de las tostadas. 
Claro, necesitamos que otro haya tomado la iniciativa de despertar su cuerpo un rato antes.


Para las que somos de las que no respetamos la modorra del cuerpo y saltamos de la cama para preparar el desayuno de los nuestros, hoy les ofrecemos un aroma ideal para la mesita de luz.

Ayudá a tu parpado con solo un movimiento de dedos!
o cambiá de marido!

Si no te alcanza con olerlos, te invitamos a hacerlos!

Necesitás:
250 grs. de almendras
200 grs. de azúcar blanco
4 claras
c/n esencia de almendras (optativo)

Cortito y al pie:
En un bol con agua hirviendo, colocás las almendras durante cinco minutos.
Luego las colas y las pelas.
En una placa colocas las almendras y las secas en el horno, removiéndolas cada tanto para que no se quemen.







Las cambias de recipiente y las dejas enfriar.
Las procesas hasta lograr una harina de almendras.
[si lo tuyo es dejar las seductoras y maléficas harinas blancas
o tratas de evitarlas todo lo que la voluntad te permita, 
tener a mano una harina de almendras es ideal para reemplazarla]

Por otro lado, procesas el azúcar blanco.

Mezclas la harina de almendras con el azúcar blanco.
Agregas de una por vez cada clara de huevo.
Se va a formar una masa (o una pasta de almendras) 
Si queres usar esencia para perfumar, la agregas en este paso.


Forras una placa con papel manteca y con una manga con boquilla pequeña, haces pequeños copetes.
Cocinar en horno medio (180°) hasta que estén crocantes y dorados.
Y chan… chan… te hacés un cafecito y a disfrutar!

Las fotos de este post son las más lindas que encontré en la web
y pertenecen a este maravilloso blog español

(donde podés encontrar otra variante
 para hacer los amaretti).
La autora del blog, Silvia Cerezo, publicó este, su primer libro… 
estará ya en las librerías de Argentina?



                             

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